Lidiar con gente tóxica

Después de muchos años de consulta te das cuenta de que las personas tóxicas, muy comunes por desgracia en el ámbito laboral, tienen patrones de actuación muy parecidos. Cuando me empiezan a hablar clientes de la forma de actuar de una persona con la que tienen conflictos en el trabajo se va definiendo un modus operandi muy similar en todos los casos. Es entonces cuando al suponer y expresar otras formas de actuar añadidas a las que me explican, las personas asienten sorprendidas a todo lo que les relato. Me recuerda entonces a una situación que me explicó uno de mis formadores en psicoterapia con la que a veces se encontraba cuando también le sucedía algo parecido. Las personas al sentirse reconocidas por lo que les decía se expresaban con la frase “¡usted es vidente!” y entonces él a continuación les decía, “no señor/a no soy vidente soy evidente”.

Si hay algo característico en este tipo de personas es el gran desgaste emocional que supone trabajar con ellas.


Suelen estar instaladas en la queja continua, generar continuos malentendidos entre personas del equipo, provocar situaciones de tensión en reuniones con sus actitudes y afirmaciones, etc.
Suelen tener una gran habilidad para ofrecer múltiples caras en función de sus intereses. Su perfil emocional es frio aunque son capaces de hacer actuaciones melodramáticas si la situación lo requiere para proteger sus intereses. Igualmente pueden mentir sin pestañear si es necesario.
Gracias a sus habilidades suelen siempre buscar asociarse con personas concretas que saben que pueden manipular y utilizar para poder generar su círculo de confianza y fidelidad.
Cuando focalizan su objetivo en desprestigiar o difamar a alguien, que por el motivo que sea no les interesa, no paran hasta conseguir lo que quieren. Ello conlleva en muchas ocasiones que la persona atacada cause una larga baja, la despidan o bien decida irse de la empresa al no poder soportar la presión psicológica a la que se ve sometida.
También puede suceder que sea la propia persona que genera toxicidad a la que al final se le compliquen las cosas, pierda apoyos y se encuentre finalmente descubierta y expuesta. Ello origina que tenga, como se dice coloquialmente, que tomar de su propia medicina.


Esta es, por desgracia, otra epidemia que produce mucho sufrimiento psicológico y emocional en muchas personas, las cuales lo viven en silencio o acuden a la consulta de un psicólogo cuando la sintomatología de estrés se ha apoderado de ellas y entran en colapso.


Siempre hay una salida y recursos para actuar frente a una situación de este tipo. Lo importante es no dejar que el tiempo pase sin tomar una o otra decisión al respecto.

Photo by Stockcake
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